Ellos ingresaron al hotel, donde ya habia alguien esperándolos y esa persona les guio hasta el gran comedor.
- Ah… aua – indicó Daniel emocionado al ver las fuentes que había por todo el lugar.
- Si que parece un lugar de ensueño – opinó Alina al ver todas las decoraciones del lugar.
- Saben… ya me siento pobre y mal vestida – dijo Kimberly al ver como todos estaban vestidos con ropas de diseñador y joyas lujosas.
- Somos dos – opinó Olivia.
- Jeje en ese caso somos 4, porque si me siento pobre – habló Alina al notar que algunos los miraban a ver y hasta los niños que había estaban luciendo joyas gigantes.
- Descuiden, dudo que alguien se atreva a decirles algo en mi presencia – declaró Guillermo mirando de reojo a los meseros del lugar
- Je… sí que sabes imponerte – dijo Alina divertida.
A llegar a su destino, las chicas vieron que era una mesa para 2 y el pelinegro tomo de la mano a la castaña para ayudarla a tomar asiento.
- Preciosas hablare un poco con su jefa.
- Es decir, que so