Mylene observaba atentamente a Leo, tratando de leer sus expresiones y gestos en busca de una respuesta. La tensión en el ambiente era palpable y el silencio se hacía cada vez más incómodo.
Leo frunció el ceño, parecía estar meditando profundamente. Luego, suspiró y miró a Mylene directamente a los ojos.
-Mylene, entiendo cómo te sientes, pero no podemos simplemente cambiar todo de la noche a la mañana. Hay muchas cosas que debemos considerar, como nuestras carreras y la empresa. No podemos simplemente arriesgarlo todo. -comenzó a decir el rubio.
Mylene asintió en silencio, comprendiendo lo que Leo estaba diciendo. Sin embargo, no podía evitar sentirse decepcionada.
Había esperado que Leo correspondiera sus sentimientos y estuviera dispuesto a intentar algo más allá de la farsa que habían estado viviendo.
Leo notó la expresión de decepción en el rostro de Mylene y se acercó a ella para tomar su mano.
-Además, hay algo que debemos hablar. A pesar de todo el tiempo que hemos pasado junt