Lily se cepillaba su largo cabello con nerviosismo, ya se había maquillado estilo natural y se había puesto un vestido de bambula blanco holgado al cuerpo, unas sandalias de verano y por supuesto, debajo un conjunto sexi por si la cosa se ponía candente.
-Señorita- llamó su atención uno de sus hombres que se asomó por la puerta de su cuarto- El señor Hamilton está entrando a la quinta.
-Perfecto- retocó el labial color rosa- Que pase a la sala de espera. ¿La sirvienta como esta?
-Parece haberse recuperado de lo de anoche, señorita
Lily sonrió triunfante mirando por la ventana de su cuarto el auto color negro de su amante entrar al estacionamiento privado.
-Todo parece salir de acuerdo al plan- se regocijó la rubia- Asegúrate que la zorra que tiene como esposa se quede callada y no haga algo de lo que se puede llegar a arrepentir.
El hombre asintió con una profunda inclinación y salió hacia la habitación donde tenían cautiva a Carla.
La joven castaña se había despertado hace tan s