llevábamos horas recorriendo las tiendas y ningún vestido me gustaba. Por otro lado Christian ya había comprado su traje y para último decidimos dejar los anillos.
--Jessica, date prisa.--Christian me miraba frustrado.-- Tengo hambre, ya no quiero caminar, y agradecería poder sentarme.--Ya voy.--Rodé los ojos.Pasé diez minutos recorriendo tienda por tienda. Dicen que la última era la vencida así que entramos a una boutique donde se veía que tenían grandiosos vestidos, a Christian lo deje sentado en uno de los sofás y yo me dediqué a mirar vestidos hasta que una empleada se acercó.
--Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle? ¿Busca algo?-- Sonrió amablemente.--Sí, verá un amigo se casa mañana y soy la madrina de los anillos. No sé qué vestido escoger.-- Dije indecisa.--Creo que tenemos algo, sígame.--Caminó por un pasillo largo conmigo detrás.--Tienen preciosos vestidos.--Sonreí y me dediqué a mirar.--Creo que este está perfecto.--Lo tomé en mis manos y se