Marlon se dirigió a la entrada del hospital sin siquiera mirar a Estela, quien se retorcía del dolor debido al fuerte agarre al cuál fue sometida.
Miró su delgado brazo y en este tenía pintado los dedos de su esposo.
Su mandíbula tembló pero tenía que ser fuerte, además no era la primera vez que era humillada.
-¿Estás bien?-Una voz bastante madura la interrogó. Estela se volteó rápidamente encontrándose con un hombre de algunos treinta años, cabello rizado corto, y sus ojos eran marrones.
-Si, si estoy bien-Respondió ella en un Susurró.
-Estela, siento mucho que mi padre sea un poco grosero contigo, es normal en él-Estela abrió los ojos cuando escuchó el relato del hombre. A decir verdad, era muy hermoso, casi tenía un parecido con su padre Marlon siendo que esté era un poco más bajo en estatura.
-¿Entonces viste como tu padre me maltrataba?-preguntó ella mientras se acomodaba su cabello.
-Estela. Lo he visto todo, y créeme que no estoy de acuerdo.
-¿Por qué no interviniste ?-Cuestionó