Estaba en la sala esperando a Theo y luego de varios minutos al fín llegó.
-Hola. - Lo saludé mientras abría la puerta y nos dábamos un abrazo. Cerré la puerta y nos dirigimos a la sala.
-¿Cómo te fue? - Preguntó sentándose en el sofá.
-Pues no tan bien.
-¿Pasó algo? - Se acomodo para quedar frente a mi.
-Pues no pasó nada del otro mundo sólo que no le caigo nada bien a James y tiene un carácter algo fuerte.
-El tuyo es peor. - Soltó una risita.
-No seas mentiroso. - Le di un pequeño golpe en el hombro.
- Ya faltan pocos días para su boda.
-No tienes que recordármelo, la verdad es que no se que haré ahora que esté casada con él - Me recoste en el sillón.
-Pues nada, sólo tienes que atender a tu esposo. - Dijo en tono burlón.
-Ni siquiera me tolera, ¿tú crees que nos llevaremos bien? Esto será un maldito desastre. - Puse mi mano en mi cara.
-Pues suerte. - Tocó mi hombro.
-La necesitaré.
-Aló, ya llegamos. - Dijeron mis padres mientras entraban a la casa.
-Hola- saludó Theo poniéndose