Habían pasado algunas semanas desde que empecé a trabajar en la editorial de Alfredo.
Aunque en un principio me sentía incomoda, poco a poco me fui sintiendo a gusto gracias a Laura.
Laura renuncio a su puesto en la editorial para venir a trabajar junto a mi y vaya que eso fue una buena noticia porque ella sabía mejor que nadie llevar toda mi agenda y mi trabajo.
Las cosas con Alfredo no están definidas y por el momento me siento bien con las cosas así.
Ha sabido respetar mi espacio y me ha dejado claro que esperara el tiempo que sea necesario ya que no tiene prisa alguna.
Observo el reloj en mi muñeca y me levanto rápidamente al ver que llegaré tarde a la última prueba de vestido con Catalina.
Apago el computador, tomo mi bolso y salgo rápidamente de la oficina.
—Laura, debo irme lo que resta de la tarde,cancela mi cita de esta tarde y nos vemos mañana.
—No te preocupes Jimena, hasta mañana.
Cuando me doy la vuelta me encuentro con un Alfredo que me mira de arriba abajo con un