Una Madre Preocupada
Ilya apretó los puños, conteniendo el impulso de maldecir. Su atención volvió a la joven inconsciente sobre la cama, sus mechones de cabello plateado esparcidos sobre la almohada.
- Déjame en paz. - gruñó Ilya, apartando la mano del médico que intentaba examinarlo. Sus colmillos asomaban ligeramente, un reflejo involuntario de su tensión.
- Cálmate, cachorro. - intervino Star con una voz suave, pero firme, bloqueando el paso del médico.
- No voy a dejarla sola. - insistió él, sus ojos oscuros chispeando con determinación - No voy a permitir que vuelva a pasar.
El médico terminó finalmente su trabajo y se retiró con un asentimiento breve hacia Dimitri.
- Escúchame, Ilya. - dijo Star con firmeza - Ella está viva gracias a su propio poder, pero aún no sabe controlarlo.