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Lo que también me hace dudar es la posibilidad de encontrar a mi compañero. Aunque, con estas estúpidas esposas plateadas, dudo incluso poder sentir un vínculo de compañero. No hay forma de probarlo hasta que lleguen, sin embargo. Solo puedo esperar que mi compañero pertenezca a otra manada para poder dejar Red Moon. Normalmente, cuando una hembra encuentra a su compañero, se une a la manada de él. Por muy sexista que sea, es preferible que los hombres se queden en la manada en la que nacieron. Mantener la fuerza en las manadas. Personalmente, no me importaría tener que marcharme. ¿El problema ? Cole no podría hacer nada al respecto.

Saco los pocos vestidos que tengo, los coloco sobre mi cama y los observo.

—Estos no van a funcionar.

—¿Qué no va a funcionar ? —dice Evie entrando en mi habitación.

Me giro y la veo caminar con una cuchara en la mano derecha y un bote de crema de cacahuate en la otra. Pongo los ojos en blanco y me vuelvo hacia los vestidos, señalándolos.

—Mis vestidos. No servirían para el baile de apareamiento. Son demasiado simples.

—Tengo que estar de acuerdo contigo. Parece que necesitamos hacer compras en la ciudad.

—Supongo que sí. Espero que pueda ir.

—Cole ya te dio permiso para ir a Iron Wolf esta noche, ¿verdad ?

Asiento.

—Sí.

—Entonces vámonos un poco antes y busquemos vestidos antes de ir para allá. Te prometo que encontraremos algo increíble para ti.

Sonrío.

—Está bien, confío en ti.

Evie ríe mientras se da la vuelta para salir.

—Siempre lo haces.

(Más tarde ese día, en la tienda de ropa)

Gimo de frustración mientras cuelgo otro vestido en el perchero.

—¿Por qué todos estos modelos son tan cortos y vulgares ? —murmuro para mí misma.

De verdad me empiezo a cuestionar el gusto de Geneviève en este momento.

Juro que si intenta meterme en otro vestido diminuto, me voy a ir…

—¡Ivy ! —la escucho desde el fondo de la tienda, y camino entre los estantes de vestidos hacia ella.

Me detengo y mis ojos se fijan en el vestido que sostiene.

Contengo el aliento.

—Es… hermoso.

Ella sostiene un vestido estilo sirena de mangas largas y escote en V, cubierto de encaje de rosas rojas que se difumina en una falda negra transparente con las mismas rosas de encaje en el borde. Lo gira y veo que también tiene la parte baja de la espalda descubierta.

—¡Definitivamente necesitas este ! —exclama Geneviève, y me entra la duda. ¿De verdad debería hacerlo ?

Me acerco a ella y todos mis nervios desaparecen al tocar el vestido bellamente confeccionado.

—¡Probablemente sea carísimo ! No hay forma de que pueda pagarlo, pero es tan hermoso…

—Yo cubriré la mitad por ti. Pruébatelo —me dice.

La miro con los ojos muy abiertos.

—¿Qué ?

—Lo que oíste. Necesitas un vestido que te quede perfecto para el baile. Lo vas a llevar. Sin preguntas. ¡Ve a probártelo !

Me pone el vestido en los brazos y señala hacia los probadores. Me quedo mirándola un momento, todavía procesando que quiera ayudarme a pagar esto. De repente, me empuja hacia los probadores.

—¡Vamos ! Revisa si necesita ajustes.

—¡Está bien, está bien ! —exclamo y cierro la puerta del probador.

Me desvisto rápidamente y me pongo el vestido, subiéndome las mangas y cerrando la pequeña cremallera en la parte baja de la espalda. Tiemblo al sentir que toda mi espalda queda expuesta. Me miro en el espejo del vestidor y sonrío. De verdad me gusta este vestido.

Salgo de nuevo y los ojos de Geneviève se agrandan.

—¿Qué ? —pregunto, mientras ella se acerca a mí y camina a mi alrededor, inspeccionando cada centímetro.

—Es perfecto. ¡Te ves hermosa ! Tal vez solo necesite ajustarlo un poco a tu cintura, pero fuera de eso, te queda increíble —aplaude y me empuja de regreso al vestidor—. Quítatelo y voy a llamar a la costurera para que lo ajuste unos centímetros. Tenemos que ir a Iron Wolf.

Suspiro cerrando la puerta del probador y empiezo a quitarme el vestido.

Dios mío, qué insistente es…

Cuando llegamos a Iron Wolf, le sonrío a Hayden, el portero/guardaespaldas que está en la entrada. Él nos devuelve la sonrisa y nos déjà pasar, a Evie y a mí, gritando :

—¡Espero oírte cantar esta noche, Ivy !

Al entrar en el bar.

Conocemos a Hayden desde hace mucho tiempo, solíamos pasar el rato con él antes de que yo necesitara permiso para ir a cualquier parte. Me metía en todo tipo de problemas en esa época. Se volvió portero aquí después de que su hermano, Kai, comprara el lugar y lo transformara en el mayor refugio de hombres lobo de todo el continente norteamericano. Siempre ha cuidado de mí cuando estoy aquí, y lo considero como a un hermano propio.

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