Cuando Quieres Ser Tonta...
A.J.-
— Uno de los trabajos ya está hecho jefe –me avisa uno de los guardias corruptos que compré para que le dieran mi mensajito a Teressa –. Están esperando el resto del pago.
— Bien, asumo que quedó horrible la maldita pendeja.
— Apenas si le quedó rostro, nuestro hombre es un profesional –expresa con seguridad.
— Bien, aquí está la llave del apartado postal, ahí encontrarán la otra parte del dinero y la primera parte para el siguiente trabajo ya saben no quiero que le toquen un solo cabello a ninguna ¿quedó claro?
— Si jefe, prepárese para esta noche.
Asiento cuando veo alejarse al guardia que me ayudará a escapar esta noche, estoy listo para darle el golpe final a mi sobrino, estará tan sorprendido con la noticia que va a recibir que no verá venir lo demás.
Elizabeth.-
Observo el panorama de la ciudad desde mi oficina, suelto un suspiro largo, pensando en las palabras de Bastián y todo lo que me confesó sobre Teressa. Mi hermana, aunque solo la sangre es lo que nos une.
Bas