Capítulo 17/ Tú me estás volviendo loco.
—He tratado con muchas mujeres en su situación. Tan jóvenes, tan desamparadas y obligadas a sacar adelante a un niño. —habló el hombre denotando cierta pena.
—Lo dice como si se tratase de una maldición señor Roosevelt. —dijo Cataleya frunciendo el ceño.—Mi hijo para mí es todo lo contrario.
—No lo pongo en duda señorita Guerra, pero lo que quiero decir es que la familia Mattson tiene cierta fama cuando se trata de sus “sirvientas”. —explicó Roosevelt dejando a Cataleya intrigada. —Entiendo que tantas atenciones deben tenerla abrumada, pero me siento en la obligación de advertirle que todo en esta vida tiene un precio.
—No entiendo a donde desea llegar señor Roosevelt.
—Esta clase de favores que está recibiendo su hijo, podría tener un tiempo limitado. Ha sucedido en otras ocasiones cuando los Mattson se cansan de sus juguetes nuevos. —esclareció Roosevelt acercándose a Cataleya, ultrapasando todos los límites. —He ayudado a otras mujeres como usted, y cuando la vi entrar por esa