- Mamá yo no quiero que mi papá se quede aqui solito-. Dijo el pequeño sin querer bajarse de la camilla.
- Cariño no le llames así al señor, él no es tu padre y se va a molestar contigo.
- Pero es que yo quiero que él sea mi papá-. Dijo el niño y comenzó a llorar.
- El médico vendrá a verte cuando sea el tiempo necesario y te dirá si ya te puedes ir o seguir internado para realizarte nuevos examenes-. Dijo Aixa dirigiendose a Leonardo.
- Está bien. ¿Vendrás a turno mañana?
- No, mañana tengo libre.
- Necesito hablar contigo Aixa, me urge aclarar muchas cosas del pasado. Por favor dame la oportunidad de que hable.
- Del pasado no hay nada que aclarar, ya está en el olvido y ahora cada quien vive su vida como mejor le parece-. Respondió Aixa y tomó al niño en sus brazos y aunque él iba haciendo un berrinche no se detuvo, fue a su consultorio a sacar sus cosas y se fue para la casa. En el camino el niño no dejaba de llorar c