Divorciado, con cinco hijos, una empresa que manejar y más cerca de los cuarenta de lo que le gustaría, Frank es más que feliz, pero con los recientes problemas para encontrar un nuevo CEO en la empresa, a penas y tiene tiempo para prestar atención a su nueva niñera: una pelirroja a la que contrató (por petición de un amigo común). A sus veintidós años, recién salida de la universidad y con una lengua afilada, Natasha ha caído en el empleo de sus sueños, ser la CEO de una multinacional, o al menos eso pensó hasta que se encontró cuidando a tres niños. Y su jefe, un ruso gruñón que a penas la miraba no se detenía lo suficiente para escuchar sus quejas sobre el puesto.
Leer másMiro agradecida a mi amiga Shelly, era la primera persona a la que había conocido al mudarme a Nueva York, y desde entonces éramos inseparables, aunque no podíamos vernos todo el tiempo, ya que mi trabajo solía ser a tiempo completo y además de los mensajes texto, las visitas eran esporádicas.
—Te adoro, de verdad — le digo mientras pongo la última caja en su habitación de invitados, hace una semana había renunciado a mi empleo, pero por desgracia, eso significaba renunciar a un penthouse de lujo en la Black Tower, pero valía la pena, el último mes había sufrido seriamente el acoso del hijo mayor de mi jefe. Dimitri Black era un niño con serios problemas, incluso si sus padres se negaban a verlo, y no solo el mayor, su melliza, Lyz era una completa perra, el siguiente, Steve, un enclenque engreído que conseguiría sacar de quicio a un santo, tengo veintidós, pero esos tres me sacaban canas, literalmente, y eso que no contaba a los otros dos.
- Lo sé cielo, pero ya sabes que no puedes estar por mucho tiempo - me recordó, lo que hizo sentir ligeramente culpable, ella estaba embarazada, aun de un par de meses, pero los suficientes como para que lo dijera. Aunque claro, Shelly siempre decía lo que tenía en la cabeza.
De verdad, te prometo que solo serán un par de meses - dije, ella era enfermera en el hospital local y su marido de hace tres años, Stuart, abogado corporativo, su casa era amplia, pero incluso cuando yo era niñera de los niños ricos, ellos se negaban a dejarme en la casa, ¿La razón? Stuart simplemente contestó: "Quiero que sigamos teniendo sexo en cualquier lado sin tener que preocuparme de que ella nos vea".
- Te creo cielo - dice con una sonrisa antes de salir de la habitación, había tomado el empleo con los Black gracias a mi hermana Hannah (Que era amiga íntima de la pareja), hasta hace dos meses había terminado mi carrera y por fin obtuve mi MBA, por desgracia, el Señor Black no me había admitido como la nueva practicante de CEO.
Así que Balck Industries había salido de mi lista de posibles admisiones, como recién graduada sin experiencia, tal vez conseguiría un empleo de asistente o secretaria, y con algo de suerte, tardaría un par de años en ascender...espero y la vida no sea tan mala conmigo.
No desempaco realmente, solo un par de vestidos por si acaso, ropa para trabajar que consistían en elegantes faldas de tubo hasta la rodilla e incluso algunas a media pierna, camisas elegantes y un par de blusas, los únicos tacones que encontré eran los de pedrería que había utilizado cuando acompañé a los Black a una entrega de premios con los Vince. Uno de los beneficios de trabajar para uno de los hombres más sexys de Estados Unidos es poder asistir a eventos de alcurnia, había conseguido un par de buenos contactos.
Me pasé el primer mes en un constante ir y venir de entrevistas de trabajo, y agencias inmobiliarias, necesitaba un departamento, con los Black gané suficiente dinero para darme una buena vida, ya que el trabajo en sí, me daba todas las comodidades que podría necesitar, aunque los ricos siempre me parecieron excesivos.
Luego de que me rechazaran por una rubia de largas piernas dispuesta a follarse a su jefe en mi tercera entrevista del día, agradecí la llamada de Daemon Black, el hombre era un tipo genial, para tener treinta y seis años y tener hijos como los suyos, su humor era encantador, su esposa, si bien parecía querer arrancarme los ojos cuando me miraba, no era completamente mala compañía
- Natasha Hoffman - saludo, igual que siempre, era algo que había aprendido de los Black, y los importantes en sus círculos sociales (que por alguna razón incluían a mi hermana) me hacía sentir importante.
- Natasha - me saludó con voz suave Daemon Black, seguro como siempre - ¿Estás ocupada?
- No, en realidad no - admito sintiendo como se esfuma el sentimiento mientras me ajusto mi abrigo y me uno a la multitud en las calles de Nueva York, pensando seriamente en ir a buscar mi auto al taller.
- Bien, ¿Puedes venir a Cherry Wine's? Amy y yo queremos hablar - hago una mueca, podía hablar con Black, era genial, pero su mujer me ponía nerviosa
- Seguro - accedí, pensando en cómo conseguir una buena oportunidad de esta charla, y el Cherry estaba cerca, los ejecutivos importantes solían almorzar allí.
- Excelente, te estaremos esperando - dijo, antes de cortar, suspiré decidida a conseguir un empleo incluso lamiendo los tacones a Amelya Bonticcelly, aunque en el mundo de los negocios su marido era más influyente, su decisión también pesaba, era como ser juzgado por Dios solo que era malditamente prepotente y arrogante.
Media hora más tarde consigo llegar al lujoso restaurante, dos plantas de puro lujo: fuentes, espejos, plantas y mucho vidrio, todo era elegante y extremadamente caro, así que solo pediría un vaso de agua.
Mis ex jefes esperan en el segundo piso, reservado exclusivamente para ciertos miembros de la élite corporativa.
Daemon era demasiado alto, medía cerca de dos metros, todo músculo y cerebro, el cabello dorado le caía en suaves rizos perfectamente ajustados, cualquiera podría decir que esos rizos eran así por naturaleza pero yo había visto perfectamente al tiburón de los negocios en una bata de baño desteñida, con rulos de colores, pantuflas de Bob esponja, delantal y un cigarrillo, era una imagen difícil de olvidar, pero en este momento llevaba un perfecto traje gris hecho a la medida que resaltaba los claros ojos azules, a primera vista podría parecer alguien poco hablador y bastante huraño.
Su esposa era una mujer sofisticada, actriz y bailarina de ballet profesional con reconocimiento internacional, rubia y con unos impresionantes ojos grises, al parecer, ser la esposa del hombre más rico del mundo le otorgaba cierto papel de arpía, pero solo era una diva a la que no le agradaba que las mujeres se acercaran demasiado a su hombre, yo misma había sufrido de sus infundadas sospechas (culpo a mi hermana Hannah por ello) pero no me malinterpreten, dejando eso de lado, la mujer era cálida y alegre, su piel pálida y sin imperfecciones la hacía parecer regía o incluso como una estatua de mármol a la vez que una muñeca de porcelana, era macabra.
- Hoffman - murmura, pareciendo molesta
- Ignórala - me dijo Daemon, dándome un cordial beso en la mejilla antes de sentarse de nuevo, se sentó recto y con las manos juntas en la mesa -quería hablar de negocios, está molesta porque la hice venir desde Rusia.
- Interrumpiste una grabación importante - gruñó ella en respuesta.
- Yo soy tu esposo y eso es más importante -respondió mirándola fijamente para luego volver su atención nuevamente a mi.
- ¿De acuerdo? - susurré no muy segura de que sucedía.
- Seré rápido ya que tengo una junta importante en una hora, me enteré de que estás buscando trabajo y el imbécil de Gregory te rechazó - dijo, asentí como si realmente supiera de quien estaba hablando, la verdad, no había tenido tiempo de memorizar nombres - Así que me tomé la libertad...
- La molestia quieres decir - lo interrumpió Amy mientras llamaba a un camarero, Daemon miró a su esposa con un leve ceño.
- ¿Tienes que hacer esto ahora? -preguntó, pero no esperó respuesta, aunque su mujer no parecía querer dársela, me miró - Como te decía, te concerté una entrevista con Harmond INC - dijo el nombre con recelo, Harmond INC era la única compañía que le podía hacer competencia a Black Industries, fruncí el ceño - Por mucho que me sienta mal por decirlo es una excelente compañía, sí Black Industries no puede tenerte, no veo porqué ellos no. Eres buena y no debes desaprovecharlo, el señor Harmond está casi en la tumba así que su CEO está pronto a ser el nuevo dueño legal, el puesto quedará libre y hace poco despidieron al practicante.
- ¿Me contratarán como asistente administrativa del CEO? - cuestioné, entre nerviosa y excitada. Era una oportunidad genial, Daemon Black asintió, mientras miraba disgustado a su mujer, quien tomó su teléfono y murmuraba en un italiano rápido y fluido.
- Conseguí la entrevista, así que lúcete - me aconseja - probablemente te pongan a prueba por unos meses y luego empezarás a trabajar mano a mano con el CEO, no puedo ni pronunciar su apellido, pero es un ruso llamado Francis.
- ¿Un ruso llamado Francis? - repetí, eso no sonaba muy ruso, Black se limitó a encogerse de hombros.
- Cariño - interrumpió Amy, inclinándose hacia su esposo - Dimitri está en la dirección...otra vez.
- ¿Qué hizo esta vez? - cuestionó Black con un ligero gruñido de molestia, la mujer no parecía comprender el comportamiento de los niños.
- Al parecer agredió a un maestro - explicó ella, se disculparon antes de retirarse.
Hola! muchas gracias por haber llegado hasta aquí, espero que disfrutaras la la famlia Hoffman, pero la historia continúa, en la historia Enamorandome de una Pelirroja, donde seguiremos los eventos de esta segunda parte, desde el punto de vista de Matt. La historia está completa en mi perfil y pueden leerla libremente. Aquí les dejo una sinopsis: Tercera parte de Maldita Pelirroja. Las pelirrojas eran de mala suerte, Matt lo sabía y lo había creído fervientemente, incluso si su madrastra no era tan mala como le gustaba decir. Luego de la muerte de su padre, en un tragico accidente aereo, Matthew Z. Hyde-Hoffman, estaba al borde del colpaso, la ira y el rencor que sentía no podia ser apaciguada más que con la muerte. o eso se decía a sí mismo. Hasta que conoció a Julie Jacobs y su corazón latió como nunca antes. Julie era todo lo que necesitaba, dulce y tierna para calmar sus mas odiosos impulsos. Pero luego de separarse por unos meses, Matt descubre la
— Nunca pensé que estaría casado por más de tres años, de verdad...es decir, todos y cada uno de mis matrimonios, relaciones...todo, acababa de la misma manera, yo con el corazón destrozado y sintiéndome como un idiota.<<Aunque claro, tu dirías que yo siempre actuó como un idiota...pero soy tu idiota. No te mentiré, desde el día en que pusiste un pie en mi casa, sabía que tu...pequeña cosa violenta, ibas a volverme loco, claro, en mi mente había otras definiciones de locura... Eras pelirroja, sexy, joven...solo podáis traer problemas para mí, y definitivamente los trajiste
— Cuando era niña, sabía que quería una familia grande, incluso yo tuve mis fantasías de una verja blanca y un marido que me amara, tres niños máximo, vivir cerca de mis padres y esas cosas.<<Claro, en la adolescencia descubrí el sexo y que la mayoría de los universitarios son unos completos idiotas. Mis hermanos me enseñaron a evitar idiotas y a convertirme en un "amigo más" la verdad lo disfrutaba, nunca fui demasiado buena con el asunto de charla de chicas.<<Estaba lista para comerme al mundo y ser soltera al menos hasta los treinta como máximo, seguía queriendo niños, no lo negaría, no ahora.<<Luego conocí a Frank.<<Un ruso de apellido impronunciable que si bien tenía un sentido del humor que competía con el mío y era el único hombre que podía ponerme a temblar con solo una mirada
Los quintillizos no tomaron bien el parto de su madre, eso era un hecho, pero incluso para sus estándares, se estaban volviendo insoportables.— No me importa — se está quejando Carrot, normalmente era el más tranquilo de todos, pero ya que sus cuidados habían pasado a manos de la abuela, empezaba a irritarse — ¿por qué no puedo ir?— Porque tienes clases mañana — me quejo, no había conseguido dormir en dos días, ya que desde que regresamos a casa, los gemelos (como habíamos decidi
Dmitry 2;30 PMAndrey 2;32 PMAvva 2;34 PMAnatoly 2;37 PMAleksey 2: 40 PMTodos perfectamente saludables y regordetes, dos pelirrojos, un castaño y dos pequeños de cabello tan oscuro como el de su padre y estoy hecha un mar de lágrimas en el momento en el que me los llevan a la habitación, me había desconectado y estaba bastante dolorida por la operación, pero la alegría de tener cinco preciosos bebés que se originaron dentro de mí...bueno, me ponía sentimental.- Ustedes definitivamente no pierden el tiempo - se queja Chris entrando a la habitación, Frank y yo reímos, Chris había estado alrededor los últimos meses, y aunque seguía luciendo devastado, estaba segura de que algún día podría sobreponerse a la pérdida de su hija.- Bueno, luego de cuatro años...- se burla Frank, tiene
— ¿Tiene que ser Mi habitación? — se queja Orange mirándome malhumorado mientras los trabajadores sacaban sus cosas.— Porque tu madre está en el hospital y la habitación de los niños no está lista aún— replico mirándolo, mi hijo gruñe en mi dirección.— Pues "los niños" pueden quedarse en tu habitación — se queja siguiéndome hasta la sala — ¿por qué no sacas a Carrot?
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