Me dieron dos semanas más sin tener que volver a clases, sin contar los días que pasé en el hospital. Y una vez que Liam permitió que Cole y Walker fueran mis únicos guardianes, dormí casi toda la segunda semana. Mi médico decía que ya podía regresar, solo tenía que tener cuidado con mi cabeza. La fractura en el cráneo aún no había sanado por completo. Todavía tenía el yeso en el brazo, pero supuse que eso estaba bien, ya que al menos estaba protegido. Mis costillas ya casi no me dolían, y los moretones se habían vuelto de ese color amarillo verdoso asqueroso, señal de que estaban por desaparecer. Me gustaría quedarme en casa y terminar todo desde aquí, pero sabía que mi mamá querría quedarse conmigo, y no podía darse ese lujo. Así que, supongo que volvería a clases mañana.

Tal vez fuese lo mejor. Quizá mi “escuadrón de protección” decidiera que ya estaba lo suficientemente recuperada como para cuidarme sola… y se fueran.

Salí a la mañana siguiente, respirando aire fresco por primera v