Me escabullí por las puertas y salí al exterior, donde me senté sobre una de las piedras gigantes que bordeaban el estacionamiento. Intenté respirar profundo un par de veces, pero mis costillas lo volvían inútil. Suspiré y apoyé la cabeza en mis manos, con los codos sobre las rodillas, incómoda por el yeso.
—¿Pensando en irte? —Escuché decir a Walker detrás de mí.
Gemí con fuerza y me di vuelta para mirarlo. Me moví tan rápido que casi pierdo el equilibrio. Walker corrió hacia mí y me acomodó de nuevo sobre la piedra, antes de que pudiera lastimarme más. Ya no podía más, y simplemente rompí en llanto. Odié que me viera así, pero no podía detener las lágrimas. Me abracé las rodillas, olvidando el dolor que eso me causaba, y lloré contra mis piernas. Sentí a Walker acercarse, y antes de darme cuenta, me levantó en brazos. No me resistí, simplemente lo dejé llevarme a donde quisiera. En ese punto, si me estaba llevando a una trampa, ni siquiera me importaba, solo quería que todo esto t