Narra Dalia
Últimamente he sentido que alguien me ha estado siguiendo, al principio quería pensar que sólo estaba alucinando, pero esto ya es demasiado, así que le dije a Damián y no dudo en ponerme seguridad las 24 horas, al menos así ya no me sentiré con miedo. O al menos eso espero.
—No puedo creer que ese imbécil se haya aparecido y para colmo, te reclama. ¿Quién se cree? —Megan está muy molesta y la comprendo.
—Quizás ya se arrepintió de haberte dejado. —Habla Becky y ambas la miramos al mismo tiempo.
—¿Quién eres? Se supone que apoyas a tu amiga, no a ese parasito. —Y ya van a discutir de nuevo.
—Lo sé, pero… —Megan la interrumpe.
—Pero nada. Además, Dalia está casada con un maravilloso hombre. —¡Dios! Estas dos me van a volver loca.
Me levanté de mi lugar y salí a tomar aire, lo necesito.
—Mi hermosa, Dalia. —¡No puede ser! Franco trata de acercarse a mí y mi guardaespaldas se acerca de inmediato.
—¿Todo bien, señora? —Me dice Joseph y yo asiento. Me mira y se retira a una dist