— ¿Y qué hacía Gabriel contigo? — le preguntó Johan a Clarissa mientras ella preparaba el chocolate. Emanuel soltó un bufido.
— Buena pregunta — Clarissa batió en la chocolatera y blanqueó los ojos.
— Me invitó a un helado, como amigos, y qué bueno porque si él no hubiera venido tal vez el hombre de la ventana se hubiera colado en la casa y yo estaba sola.
— A un no me pudo creer que esté muerto — contó Johan. A Clarissa le preocupaba su amigo, se veía cansado y se notaba que había dormido poco los últimos días, y aprovechó para preguntarle en cuanto Emanuel se fue a la habitación de Maxwell a llevarle su chocolate con queso.
— Estoy bien — le comentó él — he tenido algo de insomnio, pero en serio estoy bien, ya lo estoy.
— ¿Qué sucedió? — Clarissa lo vio pasar saliva, pero no dijo nada, únicamente le dio un trago grande a su chocolate humeante.
— Vi como tú y Emanuel llegaban de la mano — le dijo él con una sonrisa burlona y Clarissa meneó el chocolate con la cucharita — ¿Están junto