3- PADRE SOLTERO. Una oportunidad.
Ana llevaba más de media hora esperando al papá del niño, pero el hombre no aparecía, así que se limitó a jugar con él en el tapete de la sala ignorando el hambre que tenía a esas horas.
— ¿Cómo te llamas? — le preguntó ella y el niño trató de agarrar el hada de juguete que ella sostenía en el aire con la caña de pescar de plástico.
— Emanuel — le dijo él.
— Un gusto, yo me llamo Ana — estiró la mano para que el niño la estrechara, pero él solo le sonrió con timidez — parece que tu padre se está demorando — el niño miró hacia una de las puertas y se encogió de hombros.
— Si, eso hace siempre, se le olvidan las cosas, aunque jura que no, y eso que es el hombre más inteligente del mundo, de seguro se le olvidó que lo estaban esperando.
— ¿Podrías decirle de nuevo? — el niño negó con la cabeza.
— A veces me regaña cuando lo molesto mientras trabaja, me da su celular con una película de super héroes vieja para que no lo moleste — Ana asintió, se notaba que el niño se sentía solo, y e