CAPÍTULO 7

En cuanto los cuatro llegaron a la puerta de la oficina de Milo, se quedaron sorprendidos al ver el hermoso ramo de flores que Madi admiraba.

—¿Y esas flores mi niña? — sonrojarse. Ginna y Eddy estaban desconcertados al ver la mirada de molestia de Rosa y de Milo, cosa que les pareció más extraña aún, en especial a Ginna.

—Creo que seguiré trabajando. — dijo nerviosa al ver la mirada de todos en ella.

—Madi yo iré con la señorita Ginna y el señor Eddy a una reunión, Milo se quedará en la oficina para que estés pendiente — Madi se sintió incómoda por la que su abuela le habló, no le gustaba que se enojara con ella, cada que Sander aparecía o tenía un bonito gesto con ella. No pudo evitar que sus ojos buscarán los de Milo, esos increíbles ojos casi negros la miraban serio, como molesto.

—De acuerdo abuela. — dijo tímida.

Luego de una hora, Madi seguía poniéndose al día en cómo se trabajaba en esa oficina, era algo cansado, pero para ser su primer día iba de maravilla.

Miró hacia la
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