El tiempo transcurre y Nimue llega acompañada por Rafael al mismo tiempo que Beca continúa calmando su ansiedad en uno de los extremos de la cueva, caminando y respirando de forma tranquila.

— Necesitas caminar, necesitas distraerte— susurra Nimue al mismo tiempo que observa a Beca con las manos temblorosas.

— Simplemente…— dice la morena— no sé qué más debo hacer.

— Ahora has hecho demasiado, ven, acompáñame— Susurra Nimue tomando de la mano a Beca y alejándola de todos, ruidos, pláticas, planes, conversaciones, absolutamente de todos.

En el instante en el que salen de la cueva subterránea y sienten que la brisa fresca del aire rosa su piel, Beca no puede contener el instinto de inspirar y suspirar más tranquila.

— Gracias…— Susurra ella al mismo tiempo que levanta la mirada para encontrarse con una enorme sorpresa.— No puede ser.—susurra Beca con una voz fría y sorprendida.

— ¿Qué sucede?— Cuestiona Nimue observando el cielo sin una sola pista de su sorpresa e incredulidad.

— Solo qu