Mundo ficciónIniciar sesiónEL PRÍNCIPE:
Para mi alegría, vuelve a abrazarme, y esta vez me llena de besos sin miedo. Siento cómo mis caninos salen, listos para hundirse en el cuello de Sol, pero ella es arrebatada de mis brazos y se queda expectante.
—Señor Sirius, qué alegría me da verlo —y corre a abrazarlo. Pero, a gran velocidad, me interpongo y Sol vuelve a abrazarme a mí.—¿Qué haces, mi Sol? —pregunto muy serio, casi al punto de convertirme en vampiro—. Solo te está permitido abrazarme a mí.Ella parpadea, confundida por lo que acabo de decir. Su respiración se acelera, el miedo mezclado con una creciente curiosidad que la mantiene inmóvil frente a mí. Pero luego sonríe sin soltarse de mí.—Disculpe, señor, pero estoy tan feliz de verlos a los dos —dice sin soltarse—, que no sé qué hago. ¿Us






