Felipe, que estaba callado sin decir nada, pues todavía no podía creer esto. En eso escuchó que Santiago le decía algo para que solo él lo escuchara. Sé que ya estás casado, y por lo que he visto, te has enamorado de tu esposa, pero quiero que dejes que Sofía pueda ver a su hijo, ya que no quiero que vuelva a intentar quitarse la vida nuevamente.

Felipe, que todavía no salía de su estupor por lo que se había enterado en ese instante, le dijo: no sé todavía qué hacer y sinceramente siento mucho que a Sofía le haya tocado lidiar con esa enfermedad sola, pero primero me tocaría hablar con la psicóloga y ver si al contarle a mi hijo sobre esto no lo afectaría.

Ya que para el niño su madre lo había abandonado y ahora no sabía darle esta noticia de nuevo, porque sinceramente no sabía cómo la tomaría y eso lo podría afectar en su recuperación.

Santiago, que vio que era factible, dijo: te entiendo, pero debes de entender a mi hermana por todo lo que ha pasado y ahora que ya se recuperó de su