Un escalofrío recorrió mi cuerpo al momento que sentí el frío viento azotar en mis piernas y brazos. Todo mi alrededor se movía sumamente rápido, no era capaz de reconocer los objetos, platas incluso la carretera. Los ojos me ardían y me sentía mareada.
De pronto dejé de sentir esa sensación, abrí los ojos encontrándome aún sujeta de la cintura del hombre rubio, mi corazón empezó a latir con mayor fuerza al darme cuenta de que estábamos frente un gran acantilado. Un grito desesperado sale de mi garganta cuando ese sujeto se deja caer, me aferro a su saco dejando un sin fin de temblores envolver mi cuerpo.
Aprieto la mandíbula fuertemente, en segundos la misma sensación regresa.
Cuando creo que por fin a parado abro los ojos, me siento increíblemente mareada.