Al amanecer encuentran el cadáver de la mujer esa, tendido en la cama con una expresión de terror que desconcierta a todos en aquel penal, cuando les informan a Elías y Doris que su madre fue encontrada muerta, ambos quedan en shock, pero se abrazan y Doris rompe en llanto porque sabe lo que eso significa…

Son libres del yugo de esa mujer, porque aún encerrada estaban a merced de su presencia maldita.

Cuando Katerina y Dominic se enteran de que la madre de los gemelos ha muerto, se sienten aliviados de que sus parejas podrán cerrar ese amargo capítulo en sus vidas, y podrán ser verdaderamente felices.

Las semanas fueron pasando, aquel día las campanas en la catedral sonaban, Doris era llevada por su hermano hacia el altar, donde Dominic está esperando por su futura esposa, y da una sonrisa al ver a Doris yendo hacia él utilizando aquel bello vestido de novia.

-Bien, Dominic…te entrego a mi hermana y espero no le hagas daño…

-Nunca, nunca haré daño a Doris – recibiendo aquella delicada