Mundo de ficçãoIniciar sessãoLevanté la mirada por la repentina interrupción de Joe. Robert y Robin se asomaron al mismo tiempo, quedando casi pegados a mi lado, como si se tratara de un misterio digno de Sherlock Holmes. Solté un suspiro tan teatral que podrían haberme dado un premio por mejor actuación en una película dramática.
—Es una notificación, Joe. Una no-ti-fi-ca-ción —dije sin saber si debía alegrarme o entristecerme, porque había extrañado esa voz metálica—. Bienvenido al siglo XXI: el lugar donde todo vibra, salta y manda alertas hasta por un correo basura. ¿Alguien tiene idea si es un virus?—Ay, Ema, esos signos y voces metálicas han estado en tu vida desde que me mudé contigo —intervino Joe—. Al principio creía que era una casa embrujada. Así que dejen eso y vamos a seguir con nuestro trabajo.Lo miré como si acaba






