Mundo ficciónIniciar sesiónSus labios seguían un camino que me mantenía en un estado constante de anticipación y deseo, mientras el agua caía sobre nosotros, amplificando cada roce, cada caricia. Sus embestidas habían comenzado siendo suaves y profundas, y poco a poco fueron acelerando, arrancando fuertes gemidos de mi garganta que rompían el silencio de la noche.
Éramos solo dos almas perdiéndose en el aroma del jabón y el vapor, en el sonido tranquilo del agua acompañando nuestros gemidos, mientras nos dejábamos llevar por nuestras pasiones y deseos. Le acaricié el rostro mientras él me tenía atrapada entre su pecho y la pared.—Esto debería ser ilegal —dije, sin poder contener una risa suave y complacida.Nuestro deseo no buscaba respuestas; queríamos vivir el momento. Dejamos que nuestros cuerpos se dieran placer, todo lo que podíamos ofrecernos mutuamente. Mien






