Mundo ficciónIniciar sesiónHubo un silencio mientras las chicas intercambiaban miradas significativas. Era como si estuvieran teniendo una conversación telepática, una habilidad que aparentemente habían desarrollado en algún momento de sus vidas y que yo todavía no lograba descifrar.
—De acuerdo, mamá, Robin será nuestro padre por ahora —dijeron, y luego se volvieron a mirar—. Diremos que tiene tu edad, aunque se vea así de joven, si nos preguntan.Ambas soltaron carcajadas divertidas con su ocurrencia, pero sobre todo por ver mi ceño fruncido al recordarme que le llevaba doce años y que era imposible que, por su edad, ellas fueran hijas de Robin. Pero ahora no necesitaban un padre, sino el imperio y la seguridad que había detrás de él.—Estoy de acuerdo, niñas —dijo la abuela Odilia con un suspiro—. Ahora vengan conmigo a la cocina; verán lo que prepar&ea






