Me quedo mirando a Robin, incrédula; no puedo creer que sea el hombre del estacionamiento, y ahora está sentado frente a mí en una entrevista laboral. La sorpresa y la emoción se mezclan en mi mente mientras intento mantener la compostura.

¿Pero, qué no era una chica? Me repito la pregunta incrédula. Se llama Robin; espera, déjame volver a leer la biografía. Sí, aquí dice masculino. ¡Y qué masculino, señores! ¡Es el hombre de mis sueños y le llevo doce años! ¡Doce años menos! ¿Será él o estoy confundida de información?

Después de unos segundos de asombro, bajo la cabeza para concentrarme en su expediente. Me doy cuenta de mi error al asumir que era una chica debido a su nombre, ya que claramente su biografía indica que es masculino. No puedo evitar notar lo atractivo que es Robin de cerca, lo cual aumenta aún más mi sorpresa y curiosidad.

Con determinación, levanto la mirada y le sonrío a Robin, lista para comenzar la entrevista, pero antes de hablar, lo hace él.

—¡Buenos día