Mundo ficciónIniciar sesiónMi corazón late acelerado, como si acabara de correr una carrera, y un puñado de emociones contradictorias me inundan. ¿Por qué siempre sabe exactamente cómo desestabilizarme? ¿Y por qué me permito caer en su tono una y otra vez?
—Está bien —acepto, recordando los documentos que debe firmar para que mi empresa pase a ser mía por fin—. Aquí estaré.—Hasta mañana, Ema —se despide, para mi alivio.—Hasta mañana, Horacio —contesto por cortesía.Cuelgo y siento un frío que me recorre la espina dorsal. Me quedo mirando el teléfono por unos segundos antes de tomar una decisión: apagarlo. Sí, eso. Nada de llamadas sorpresa por hoy ni de conversaciones que solo consiguen revolverme la mente.Otro estremecimiento me recorre y me asusto. Sé que pensarán que soy supersticiosa, pero cada vez






