Mundo ficciónIniciar sesiónAl escuchar ese timbre de angustia en su voz, me detuve y regresé corriendo a su ventanilla. Contrario a lo que acostumbraba, le di un beso en cada mejilla y respondí:
—Lo tengo, papá, ¡tirar del hacha! —Volví a besarlo y salí corriendo—. Te amo, papá. Désame suerte en el examen. Chao. No olvides que termino a las tres, no me dejes esperando como siempre. —Aquí estaré, hija, pero no olvides lo que acabo de decirte, es importante —lo oí decir detrás de mí, pero ya corría rumbo a mis compañeros y no giré la cabeza una sola vez. Jamás regresó por mí; esa fue la última vez que lo vi con vida. Esa mañana, en que los había amenazado con irme con mis abuelos, dejaron de existir y tuve que hacerlo realidad: irme a vivir con mis abuelos.(Fin de la retrospectiva)







