55. EL REDENTOR DE PECADOS.
Espere a que Stan regresará a la habitación, había pasado primero por la de Ismael para verificar que estuviese bien y dormido. Luego lo escuche entrar a la que ahora era su oficina y platicar con el personal de seguridad. Había sido un día realmente perfecto y hermoso. Por primera vez logré sentirme como en familia, con esa plenitud de saber que no estábamos haciendo nada malo y que nuestros padres estuvieron apoyándonos y comprendiendo todo lo que había pasado entre nosotros.
Que se comportan con Ismael como los abuelos que eran y que no tuvieran miedo a medir su amor frente a nosotros, sabíamos sin decirnos nada, que la pelea sería dura y constante, pero si teníamos el amor suficiente podríamos lograrlo.
Sin embargo, al darme cuenta de la forma en la que Paris le había hablado a Stan, dejó una desolación en mi interior, tenía miedo, era una persona completamente diferente a la mujer que conocí el día que regresé. Ese brillo en sus ojos ya no estaba, ese amor que mostraba por Stan