La familia Mendoza estaba de lo más furiosa y ofendida, jamás los habían insultado tanto en su propia casa, Regina Mejía se había convertido en una mujer despreciable, con la lengua de una víbora
Regina mientras el mayordomo y el chófer la sacaban de la mansión, seguía gritando que el pequeño Terrence era un bastardo, que no era digno de ser el heredero de Emilio
¡Esa mujer es una zorra Emilio, te está endosando ese hijo solo para beneficiarse de ti, no le creas que es tu hijo!
Alejandrina subió a su habitación llevando a su pequeño de la mano. - vamos mi amor, te contaré un cuento mientras que papá trabaja
Terrence se dejó llevar, pero aún sentía que algo no andaba bien, los gritos de Regina y sus palabras lo habían afectado
Alejandrina estaba abrumada, ofendida y furiosa de que su hijo haya sido tratado de una manera tan denigrante, decidió que lo mejor era hacer su maleta e irse de la mansión Mendoza, ella no se sentía para nada cómoda ahí
Terrence jugaba con su celular, estaba met