—
¡MAMÁ!
El pequeño Terrence corrió hacía su madre y se abrazó a sus piernas
— ¿cariño dónde estabas? no me vuelvas a asustar de esta manera — Alejandrina abrazaba a su hijo y lo llenaba de besos
Emilio los observaba desde una distancia prudente, Alejandrina, su Alejandrina estaba de nuevo frente a él, ella estaba más hermosa, cómo siempre con su porte elegante, bien vestida y esa aura de ángel que la acompañaba a todas partes
Andrés Armenta parecía estár a punto de desmayarse de la impresión, volteó a ver a Emilio y lo encontró observando a su ex esposa y al hijo de ella cómo un felino
— ¡Mamá esos dos señores me ayudaron a buscarte, debemos darles las gracias!
Alejandrina levantó sus ojos esmeraldas y se encontró con la mirada gris plata que había amado tanto, por un momento no pudo hablar ni sabía que decir, Terrence la arrastró a Emilio para presentársela
— Si, Debemos darles las gracias
— ¡Señor, está hermosa señora es mi madre! ¡oh perdón jeje, está hermosa joven es mi madre, A