Emilio había quedado devastado por la partida de Alejandrina, la habría buscado hasta el fin del mundo sin importar qué, pero saber que lo odiaba tanto lo detenía, ella no sentía más que desprecio por él, lo pudo ver en sus tristes ojos esmeralda la última vez que hablo con ella

Emilio siempre fue un hombre íntegro, nunca fue un picaflor, respetaba mucho a las mujeres y cuando se encontraba en una relación era sumamente fiel y leal, tuvo que fallarle precisamente a la mujer que más había amado en su vida, eso era una jodida mierda, una culpa que no lo dejaba vivir en paz consigo mismo

En menos de nada, entre peleas y amenazas llegó el día del parto de Savana, ella se atrevió hasta entonces a cruzar al ala de la mansión dónde se encontraba Emilio para avisarle que su hijo ya venía

El Ceo la vió llegar a su despacho, en todos esos meses no la había volteado a ver siquiera, era menos que un perro para él en su mansión

¿Qué quieres? ¿a qué has venido a mi ala de la mansión? Emilio parec