— Por supuesto que si. — Respondió Dereck sonriéndole también mientras se ponía de pie y caminaba hacia ella para envolverla en sus brazos, disfrutando de tener a su mujer con él. — Hoy estás especialmente encantadora.

Las mejillas de Kiara se ruborizaron de inmediato y antes de que pudiera decir algo él la besó con vehemencia, muriéndose de ganas por devorarla por completo, por besar cada parte de su piel y reclamarla como suya.

Y a pesar de que ambos tenían preocupaciones en mente, en este momento solo se estaban dejando llevar, queriendo disfrutar el uno del otro, encerrarse solo en el mundo que solo era de los dos, besandose para olvidar cualquier cosa que los inquietaba.

La forma en que la besaba, como Dereck empezó a acariciarla, hizo que la sangre de Kiara se calentara, llenándola de deseo y dejándose llevar por este, susurró: — Vamos a la habitación, quiero…

— Sé lo que quieres y también podría dártelo aquí. — Espetó Dereck tomándola en sus brazos y llevándola hacia él