116. ALIMAÑAS
La oscuridad reinante no deja ver nada. Unos hombres en el suelo parecen dormir hasta que poco a poco empiezan a emitir sonidos y uno de ellos logra sentarse. Sin embargo, por mucho que trata de entender qué sucedió, no recuerda nada. Coca se da cuenta de que está junto a otro cuerpo y se da cuenta de que es su compañero con quien había estado bebiendo la noche anterior.
— Espósito, ¿eres tú? ¿Dónde estamos, Espósito? — pregunta mientras lo sacude por el hombro.
— No lo sé, Marino. No se ve nada — responde Espósito. ¿Te acuerdas de algo?
— No, llegamos al casino. Pedimos esas bebidas y ya no recuerdo nada más — contesta Marino. ¿Quién crees que nos atrapó?
— No lo sé, ¿le debes dinero a alguien? — pregunta Espósito tratando de entender dónde están.
— Sí, pero no creo que sean ellos — responde Marino, siguiéndolo de cerca. ¿Te das cuenta de que no se escucha nada?
— Ya me había dado cuenta de eso, Espósito. ¿Puedes ver la hora en tu reloj? — pregunta temeroso.
— No tengo mi reloj ni mi