CAPÍTULO 11
MÓNICA MORETTI
Bellissima Principessa.
No sé cuánto tiempo permanecí encerrada allá adentro, pero fue el suficiente para ponerle un alto y no dejar pasar una más a la cucaracha de Betty.
Me dirijo con Valéry a nuestro puesto de trabajo y, aunque por dentro ando que me lleva el demonio, por fuera hago como si nada ha pasado. No le daré el gusto de verme furiosa y que ría de mí en mi cara. —¡Aarrhh! —gruño de impotencia, la rabia no me deja pensar, necesito calmar la fiera que llevo dentro, mis ganas de arrastrarla por los pelos no me faltan y no sería mala idea esperar a la salida—. No —dije desechando la idea.
—Moni, ¿estás bien? —pregunta Valéry mientras llegamos a nuestro sitio— escucho que anda balbuceando.
—Sí, estoy bien —le dije para que estuviera tranquila—. No es nada.
Estaba tan distraída cuando llegué, que no me había dado cuenta de que los chicos andaban murmurando entre ellos.
Valéry y yo nos miramos, ella me hace un gesto con la cara. Y creo entender su interr