Capítulo 201. Si querían guerra, la tendrían.
Maximiliano Delacroix
Me desperté antes que el sol.
No porque quisiera, sino porque no pude dormir. Giré mi vista a un lado y vi a mi esposa durmiendo a mi lado; traté de hacer el mínimo ruido, para no despertarla.
La ciudad estaba todavía a oscuras, pero mi teléfono ya vibraba con notificaciones.
Era como si el mundo entero se hubiera levantado para recordarme que ya no tenía paz.
Tomé el móvil con desgano. Los titulares me esperaban como cuchillos.
“Delacroix manipula la justicia para liberar a su protegido.” Si supieran que el hombre no es mi protegido, si no mi rival, pensé con burla.
“Empresario bajo investigación por tráfico de influencias.”
Otra vez mi nombre en boca de todos.
Otra vez la guerra disfrazada de noticias.
Me pasé las manos por la cara. No había sido un sueño. La tormenta había llegado… y no pensaba detenerse.
—¿Max? —La voz de Amy sonó mientras se giraba hacia mí—. ¿No dormiste nada?
Negué sin mirarla.
Ella se incorporó, y acarició con suavidad mi rostro, me habló