El sonido de mi alarma me despertΓ³ temprano, sacΓ‘ndome de un sueΓ±o inquieto. Me levantΓ© de la cama y me dirigΓ al baΓ±o, donde el agua caliente de la ducha me ayudΓ³ a despejarme. El aroma a jabΓ³n y champΓΊ llenΓ³ el aire, y sentΓ cΓ³mo la tensiΓ³n en mis hombros comenzaba a disiparse.
DespuΓ©s de secarme, elegΓ un vestido blanco que me llegaba a las rodillas. Me recogΓ el cabello con unas pinzas y me puse unos zapatos bajos. Frente al espejo, me maquillΓ© ligeramente, solo lo suficiente para sentirme presentable.
TomΓ© mi estuche con el violΓn y salΓ hacia la academia.
Al llegar, vi que ya estaban allΓ el profesor MartΓnez, el profesor Thomson y Leonardo. Los saludΓ© con una sonrisa, aunque mi corazΓ³n latΓa con fuerza.
βBuenos dΓas βdije, tratando de sonar tranquila.
AbrΓ mi estuche y saquΓ© mi violΓn, comenzando a afinarlo con cuidado.
Leonardo y yo nos reunimos en la sala de ensayo, ambos nerviosos y ansiosos por la competencia que se acercaba. Nos miramos a los ojos, y pude ver la tensiΓ³n