67. Dicha que resplandece vidas
Sentado en su oficina, Rafael visualiza con calma los papeles frente a sus ojos. La hora marca ya el mediodía, y en la espera de ver a Fernando, necesita saber unas cuantas cosas sobre el juicio y la investigación de Ramiro antes de hacer saber sus dudas. La infracción de la evasión de impuestos sumado a la falsificación del dinero que entraba a su compañía, dinero que Ramiro robaba como para comprar un yate lujoso donde secuestró a su esposa, le darán menos posibilidades a su abogado para que pueda reducir su sentencia. Sigue en prisión. Su destino será igual que el de Erick Reyes.
—Hijo.
Rafael levanta la cabeza. Suaviza la mirada concentrada antes de recibir a su madre. Rosa Montesinos, su hermosa madre, se adentra con su nieto Matías. Rafael acaricia el cabello de su sobrino y abraza a su madre, llevándola al sofá.
—Quise hablar tanto contigo. Saber cómo estaba Azucena luego de todo. Sigo muy molesta porque Gerardo y tu me ocultaron lo que ocurría, y tú, en especial, me ocultaste