Minerva
Hoy es el primer día desde que estoy aquí que salir no me ha ayudado a sobrellevar la situación de una manera u otra.
Opté por estar sola porque ni siquiera podía reunir mi energía habitual para buscar al perro. Una parte de mí sentía que era injusto someter a Snow a mi mal humor. He oído que los perros se dan cuenta de cosas así. Pensé que era mejor mantenerme alejada ya que ni siquiera podía comenzar a tratar de calmarme.
Dos cosas estaban en mi mente desde el momento en que abrí los ojos.
La primera me golpeó en el instante en que vi a Alessandro. Recordé cuán despiadadamente me reclamó anoche y cómo me entregué a él.
No soy más virgen.
Esa parte de mí se ha ido y me siento diferente… cambiada. Siento que mi cuerpo ha cambiado de una manera que no puedo describir y el brillo de inocencia que llevaba ha desaparecido.
Me quitó la virginidad y me siento exactamente como temía que me sentiría. Perdida.
Perdida en el viento y en mis emociones. Que es lo que impulsó la segunda c