CAPITULO 5

CAPITULO 5

Tenía mucho miedo de lo que había visto, no sólo porque era evidentemente inapropiado si no porque me podía causar problemas, mi meta era mantener la guardia abajo pero la verdad acababa de descubrir un secreto familiar.

Muy temprano como esperaba quien entró a mi habitación fue Nora — Necesito hablar contigo de manera urgente —.

— No vi nada, si es por lo que pasó anoche créame que no vi nada — tenía muchos nervios pero esta mujer me daba escalofríos, se había metido con el esposo de su hija, era enfermizo y hasta repulsivo.

— No pasó nada anoche así que no viste nada querida, yo suelo tener dos grupos, amigos y confidentes y enemigos a muerte, el primero lo cuido, el segundo lo destruyó ¿De cual quieres ser parte?— cuestiono con ese tono de voz arrogante, pensando que todos íbamos a caer a sus pies.

— No quiero ser parte de ninguno, prefiero ser parte de un tercero que no tenga ningún tipo de relación con usted para ser franca — cruce los brazos nerviosa y la mire a los ojos con rabia, me estaba haciendo de una enemiga poderosa pero no quería que me usará para sus estrategias.

— Ese tercer grupo se puede sumar al segundo en cualquier momento querida, así que cuida tus pasos — se fue de la habitación de inmediato tirando la puerta y despertando a Juliana.

Alce a la niña para calmarla, mientras Luna entraba a la habitación para ayudarme

— No debió haberse levanta anoche señora Tatiana — suspiro mientras me miraba.

—¿Lo sabías? — frunci el ceño.

— En esta casa todos lo saben, bueno excepto la señora Paula y el joven Mauricio, pero el romance entre Joaquín y la señora Nora es algo de lo que los empleados somos testigos — Luna me contó que esto inicio desde antes de la boda.

Esto solo me demostraba las razones por las que Patrick no quería estar cerca de esta familia, el siempre quiso mantener a distancia a su esposa y no era para menos, estaban locos.

Le pedí a Luna darle una vuelta a la niña, la verdad es que necesitaba un momento para pensar en lo que iba a hacer de aquí en adelante, es evidente que estar en esta casa solo me podía traer problemas y que ya tenía una enemiga que era más que poderosa, tenía que pensar mucho mejor que era lo que iba a hacer.

Mauricio entró a la habitación, me trajo algunas cosas que necesitaría — Lamento el mal rato que te hizo pasar mi familia, no somos una familia tradicional pero creo que tú vas a venir a este hogar a traer un poco de luz, la misma que le diste a mi hermano — me tomo de la mejilla y me miró con ojos diferentes, la verdad es que mi piel se erizo.

Mordí mi labio inferior en un impulsó coqueto, mientras el acomodaba mi cabello.

—¿Como está Patrick?— le pregunté de inmediato suspirando y ocupando mi supuesto lugar de esposa.

— Esta en el hospital, en un buen lugar no te preocupes — Mauricio era un caballero y me gustaba más de lo que yo podía y quería admitir, sabía que él era un hombre interesante y que me iba a llenar el corazón de miles de emociones.

Pasaron los días....

La convivencia en aquella casa era casi insostenible, repito me hice de una enemiga poderosa como lo era Nora, que no perdía oportunidad de decirme algún comentario hiriente, también de Paula la hermana de Mauricio, que me veía como una rival.

Las únicas personas con las que tenía una gran convivencia en aquella casa era Luna, que se volvió más que en mi mano derecha en una amiga, Mauricio que era un hombre muy detallista, parecía que quería que yo estuviera en aquella casa y que me quedara a su lado, teníamos charlas hasta la madrugada de la vida, del amor y del mundo, además de Boris, el hombre siempre había sido descuidado por su esposa e hija, creo que no le perdonan lo del hogar secreto de donde vino Patrick pero yo decidí cuidar de el.

Patrick seguía igual, la verdad es que había días donde pensaba que si se desconectaba era lo mejor pero no quería tomar una decisión que nunca estuvo en mis manos.

— Hoy voy a organizar un cóctel muy importante, todos quieren ver a la esposa de Patrick así que quiero que te vistas adecuadamente — Nora era una mujer de élite social, y vivía en ese tipo de eventos.

— No voy a asistir, la verdad es que yo nunca voy a encajar con su gente, así que prefiero quedarme en mi habitación con mi hija — Fruncí el ceño y la mire a los ojos con autoridad, no iba a dejar que manipulara más mi vida.

— Error, aquí en esta casa se hace lo que yo digo, así que no empieces con tus estupideces y vístete para la ocasión — me dio un empujón.

Salí al balcón, Mauricio fue tras de mí y me quito el cigarro que estaba a punto de fumar por los nervios y la ansiedad, porque quería darle un golpe en la cara a esa mujer y no podía hacerlo.

— Se que mi mamá es una mujer que se impone, pero créeme que ese cóctel puede ser de gran ayuda para ti, vas a conocer gente, vas a ver un mundo nuevo, desde que llegamos te la pasas encerrada en tu habitación y creo que no está bien — Mauricio de nuevo me dio una caricia en el rostro.

Yo me congelaba cada vez que me miraba así, con sus ojos llenos de luz que se detenían en mis labios carnosos, lo bese.

El beso fue suave y a la vez intenso, una mezcla de la pasión que tenía en mi pecho y el deseo que nacía entre los dos.

Nos besamos con mucha intensidad, y caminamos desde el balcón del pasillo hasta su habitación, empecé a desabotonar su camisa y bajar mis besos por su abdomen.

Sabía que quería hacer el amor con el desde el primer momento que lo vi, y a la vez necesitaba un poco de esto para poder aliviar el estrés de mi cabeza.

El me besaba en el cuello y bajo el cierre de mi vestido pero se detuvo allí.

— Esto no está bien — se alejó y agarró su cabeza con impotencia y frustración.

— Esta bien, yo quiero esto tanto como tú, no hay de qué preocuparse — lo abrace por la espalda y le besé la línea de su columna.

— ¿Y Patrick?— preguntó alejándome de el.

Lo olvidé, en medio del éxtasis, del encanto de lo que sentía, olvide que no era Jimena, la mujer pasional que quería estar en sus brazos, era Tatiana la esposa de Patrick, un hombre que estaba postrado en una cama y el padre de mi hija, mi nueva realidad.

— Perdón, yo.... — me puse nerviosa, no sabía que responder después de ese cuestionamiento, solo me subí el cierre de mi vestido.

— La culpa es mia, tu me gustas demasiado Tatiana, pero no puedo hacerle esto a mi hermano — el de nuevo me besó, me dijo que era una señal de despedida — Tengo que poner un límite entre los dos para que esto no pase de aquí —.

Salió de su habitación y yo me quedé con el corazón en la mano, creo que fue uno de los momentos en los que más odie esta mentira.

Me encerré en mi habitación, pero Luna llegó con el vestido que había comprado Nora para mí, quería que bajara como fuera a ese cóctel.

Decidí arreglarme, no quería asistir pero lo hacía por la necesidad de hablar con Mauricio, lo que pasó.... Lo que estuvo a punto de pasar no iba a parar, nos gustabamos, nos deseábamos.

El vestido era rojo con brillantes, creo que nunca me vi más de alta clase social como en esta ocasión, baje de inmediato.

Todas las miradas del salón se clavaron en mi, Nora me tomo del brazo como si fuera mi amiga, como si fuera parte de mi vida cuando era mi peor enemiga.

La gente se acercó a darme una especie de pésame por la situación de Patrick, yo solo asentía con la cabeza, me acerque a Boris que estaba en la silla de ruedas solo y lo tome de la mano — Los dos sabemos que esto es un circo —.

El sonrió con mi comentario.

Escuché una pequeña algarabía y me acerque, era Mauricio con una hermosa rubia tomada de su brazo mientras recibía las felicitaciones de todos los presentes.

—¿Que sucede? — le pregunté a una de las empleadas.

— El joven Mauricio acaba de anunciar su noviazgo y futuro compromiso con la señorita Helena Middleton — me informo mientras yo lo miraba a los ojos, era cierto que pondría distancia.

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