Vincenzo
Después de unos veinte minutos en el baño, Malu volvió increíblemente sexy. Llevaba el pelo suelto, un top rojo que dejaba ver su escote y sus curvas. Era muy corto y pude ver sus bragas rojas de encaje. No eran unas bragas diminutas, pero me pusieron lo más cachondo posible. Malu tenía ese control y dominio sobre mí, sólo con mirarla ya estaba completamente cachondo y loco de deseo por ella. Pero ella nunca lo sabría. Primero porque no muestro nada a ninguna mujer y segundo porque nunca me dejaría dominar por nadie. Nunca me convertiría en un blanco fácil para ninguna mujer. Estoy muy bien siendo así, frío, calculador y perverso. Todo ha funcionado muy bien hasta ahora. Entonces, ¿por qué iba a cambiar el equipo que estaba ganando? Sería demasiado estúpido por mi parte. Hoy tengo un imperio que daría envidia a muchos. Y todo esto lo he construido gracias al nuevo Vincenzo. ¿De verdad crees que si hubiera seguido siendo el capullo moralista que era antes, habría conseguido to