—Bien, dejando de lado lo nuestro por un momento, hablemos de Juanito. ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? ¿Qué edad tiene Juanito? ¿Vas a convertirlo en el hijo de una familia monoparental? ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
Las palabras de Miguel provocaron una risa amarga en Andrea: —¿Yo, egoísta? Si no recuerdo mal, Juanito ha dicho más de una vez que no me quiere como madre. Ya que tiene una mejor candidata para ese rol, sin mí crecerá mucho mejor.
El rostro de Miguel se endureció aún más: —Andrea, te vas a arrepentir.
—Me arrepentiría si me quedara atrapada en este pantano toda la vida.
Sin darle a Miguel oportunidad de responder, Andrea y Vicente subieron al auto y se marcharon.
Viendo la dirección en que se alejaban, Miguel pateó furioso una piedra del suelo.
Al salir del tribunal, Vicente condujo directamente de vuelta al bufete.
El rostro de Andrea no mostraba la aflicción que cabría esperar; al contrario, reflejaba una inexplicable sensación de alivio y satisfacción.
Apenas llega