Todos entendían perfectamente el sentimiento que expresaba Nora. Aunque Manolo estaba preocupado, solo pudo morderse el labio y bajar la cabeza en silencio.
Vicente, que había trabajado con Nora durante años, conocía bien su temperamento. Si no le permitían hacer esto, jamás encontraría paz mental.
Con ese pensamiento, Vicente se puso de pie.
— Bien, haremos lo que propone Nora. Manolo, tú serás responsable de garantizar su seguridad. Debes asegurarte de que esté protegida en todo momento.
Manolo levantó la mirada con determinación y se puso de pie: — Jefe, puede estar tranquilo. No permitiré que nadie lastime a Nora.
Los demás también se levantaron.
— ¡Nosotros también!
— La protegeremos entre todos.
Andrea se unió al grupo: — Entonces yo me encargaré de asistir a Nora. Ya sea para las transmisiones en vivo o cualquier otra cosa que atraiga atención, estaré ahí para ayudarte.
Al ver la reacción de todos, los ojos de Nora se humedecieron, aunque su rostro mostraba una sonrisa. Se puso