—El resultado fue excelente, Nora, lo hiciste genial.
Hasta entonces Nora pudo suspirar aliviada y salió de la sala de juntas junto con Andrea.
Apenas salió, vio que todos estaban parados en la puerta esperándola con caras de preocupación.
Manolo estaba al frente, y al verla salir, se acercó de inmediato y la abrazó fuertemente.
Nora instintivamente trató de zafarse, pero al darse cuenta de que Manolo la abrazaba muy fuerte, enseguida entendió qué pasaba.
—¿Qué ocurre? ¿Acaso... los insultos fueron muy feos? ¿Los asustaron?
Bromeó fingiendo que no le importaba.
Pero mientras más actuaba así, más mal se sentían todos.
Nora suspiró y le dio unas palmaditas en la espalda a Manolo, luego se separó de su abrazo y miró a todos.
Esbozó una sonrisa:
—¿Qué les pasa a todos? ¿No es esto justo lo que queríamos? No pasa nada, solo son algunos comentarios, no me van a matar.
Mientras más se mostraba fuerte, más dolor sentían todos.
Hasta que Vicente salió de su oficina.
—Bueno, de cualquier manera,