Luna:
Después de tomar todas mis cosas y ordenarlas salí de la cocina para dirigirme a mi auto e ir donde mamá a contarle todo. Abrí mi auto pero sentí que alguien me estaba taladrando la espalda con la mirada, pero decidí ignorarlo. Me subí a mi auto y Conduje hasta la casa de mis padres, al llegar escuché a mamá en la cocina hablando con mi papá Angelo.
—Mami —llegue hasta ella y le di un beso en la mejilla—, te tengo una buena noticia.
—¿Y yo estoy pintado? —papá me miró mal.
—Hola papá —besé su mejilla— que dramatico eres.
—¿Y? ¿Cómo te fue?
Les conté todo sin omitir nada, Luego apareció papá Antonio y también les conté que había ingresado a la pastelería Koch. Por supuesto ellos se alegraron mucho por mi.
—Sabía que lo lograrias patito —papá beso mi frente—, estoy orgulloso de ti.
—Gracias papá —sonreí—, el lunes empiezo a trabajar, debo estar temprano ahí.
—Lo harás bien Luna, mejor vamos al comedor, tenemos que celebrar este maravilloso logro, los gemelos están en la universidad, salieron temprano y me llamaron para avisarme que dejaron tu cocina impecable —mamá negó varias veces.
Nos sentamos en el comedor y almorzamos en medio de conversaciones y risas, me quedé toda la tarde en casa de mis padres y luego volví a mi departamento, saludé al carismático conserje y me adentré a al ascensor y antes que cerrara una enorme mano lo impidió, las puertas se abrieron y me dejaron ver al Cedrik Koch, su mirada se posó en mi y frunció el ceño.
—Señorita Moretti, que bueno verla por aquí —saludó de forma seca.
—Buenas noches chef Koch —salude amablemente.
Luego de eso no dijimos más nada.. No tenía ni la más Mínima idea de que el vivía aquí, pero no quiero ponerle mucha importancia a todo esto, subimos al piso trece.
Genial vivimos en el mismo piso...
Caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta de mi departamento, el pasó por mi lado y se posó frente a una puerta, vivía a una puerta de la mía, genial.
Joder..
Vamos Luna, eso puede servir de puntos con el señor sonrisas..
¿Pero en qué estoy pensando? Debo ganarme los puntos por mis propios méritos no porque seamos vecinos.
Sin más entré a mi departamento y coloqué las cosas donde debía, mamá tenía razón las copias me dejaron la cocina limpia, aunque dudo que haya Sido Enzo, el es demasiado desordenado.
Termine de desempacar lo que me faltaba y por suerte termine temprano. Me dispuse a cenar algo ligero y mi mente pensó de inmediato en Cedrik Koch.
¿Por qué siendo tan millonario viviría en un departamento de clase media?
Aleje pensamientos tontos y terminé de cenar, me duche y me fui a dormir.
(...)
El lunes llegó y amanecí con toda la actitud, me Asee, me coloque unos vaqueros negros con un suéter color café claro y botas negras, peine mi largo cabello rojizo y no use mucho maquillaje, siempre me ha gustado estar natural, tomé mi café, mi bolso con mis implementos de trabajo y mis llaves, salí del departamento y baje hasta el estacionamiento y subí a mi auto.
Maneje por media hora y llegué hasta mi nuevo trabajo, me dieron mi placa con mi nombre y me fui a cambiar al baño, me coloqué mi traje, luego de eso entro una chica, un poco más alta que yo, ojos miel y cabello castaño y algo largo.
—Holis —me dió una sonrisa— soy Nina —me tendió la mano—, seremos compañeras de trabajo.
Estreche su mano —Un gusto, Luna, si, yo te vi en la prueba, que bueno que hayas quedado.
Bufó —Lo hice para que me dejarán en paz —rió— espero poder aguantar al menos dos meses, aquí, casi nadie dura mucho tiempo. Los dueños tienen su fama.
—Espero lo mismo que tú —suspiré.
Después de cambiarnos fuimos hasta la cocina, la asistente del chef Koch nos indicó nuestro puesto de trabajo, la verdad no me puedo quejar ya que es bastante espacioso y tengo lo que necesito. Coloque en la mesa mi batidora, paletas, mangas etc..
Media hora después la cocina se abrió dejando ver al mismísimo Cassian Koch, llevaba su traje de chef pastelero arremangado hasta los codos mostrando sus fuertes brazos, sus ojos eran de un azul intenso, una barba un poco larga y cabello bastante largo, lo tenía recogido en un pequeño moño algo desordenado, este hombre era bastante alto, lucía igual de imponente y frío que su hermano, ambos eran intimidantes. Se paró frente a todos y habló.
—Espero que hayan venido con las mejores ganas —habló tosco—, porque hoy nadie descansa, tenemos un evento importante el día de hoy para presentar a los nuevos chef pasantes de esta cocina, mi hermano los evaluó pero ahora es mi turno, harán algo sencillo como una simple tartaleta de fresas, una de nuestras mejores recetas —camino de un lado a otro— si fallan tendrán una queja, si siguen fallando, se irán de mi cocina, aquí no aceptamos errores ¿Entendido?
—Si, chef —dijimos al unísono.
Tomé el papel que nos tendía la asistente y ahí estaba la receta de la tartaleta de fresas, busqué los ingredientes y los coloqué en mi lugar. Miré detalladamente la receta y fruncí el ceño.
¿Alcohol puro? ¿Que clase de persona le coloca alcohol puro a una tartaleta tan pequeña? Es demasiado alcohol.
Empecé a preparar la base de la tartaleta y la coloque en su molde y la puse a hornear, luego seguí con la crema pero aún me aturde la idea de que esto lleva demasiado alcohol, así que decidí no colocarle tanta cantidad de alcohol.
Estás cometiendo un error.. Saldrá mal.
Ignore a mi conciencia y seguí mi instinto, ya lista la crema la coloque sobre la tartaleta ya horneada y empecé con las fresas, decidí colocarlas un poco más picadas y otras enteras para que se sintiera más el sabor de la crema y las fresas, mi mezcla alcanzó para diez así que prepare diez y terminé con mi labor.
Luego de una hora en la nevera, las saque y vaya que se veían bien, se veían bastante diferente a las otras, nos llamaron para colocar nuestros postres en la planta baja de la repostería donde habían al rededor de cincuenta personas o quizás más, eran comensales de alto rango y críticos, reconocí uno que otro aquí, me coloque detrás de la mesa y puse mis tartaletas frente a mi con una linda y delicada presentación.
A cruzar los dedos Luna..
Luego aparecieron los hermanos Koch vistiendo sus trajes de Chef, estaban serios y sus miradas no expresaban nada, absolutamente nada. Después de presentarnos a todos, algunos críticos llegaron hasta nosotros, frente a mi se paró la grandiosa crítica Linda Smith, una de mis críticas favoritas, sus reseñas en las revistas de comida son bastantes acertadas y algo toscas, no tiene miedo de decir algo que no le agrada, por eso la admiro, la señora frente a mi miró mi trabajo con total curiosidad y empezó a anotar en su pequeña y elegante libreta.
Diosito échame una manito...
—Me gusta la presentación, algo delicada y distinta a lo que he visto en esta pastelería —me miró sin ninguna expresión en su rostro.
Le tendí una tartaleta y un pequeño tenedor, luego de probarla cerró sus ojos y una pequeña sonrisa apareció en su boca, yo mientras tanto estaba gritando para mis adentros.
—Deliciosa, he probado esta misma tartaleta por mucho tiempo, es uno de mis postres favoritos de esta pastelería, pero ahora que pruebo esta —hizo una pausa—, sabe distinta, no sé siente tanto el alcohol y el almíbar de las fresas opaca totalmente a la crema —volvió a comer— la base de la tartaleta está bien cocida, crujiente y no muy dulce, le dió en el punto señorita Moretti.
Sin decir más se retiró dejándome con una enorme sonrisa en mi rostro, estaba emocionada de que Linda Smith me haya felicitado en mi primer día de trabajo.
Los hermanos Koch al ver esa acción por parte de la señora Smith se acercaron a mi, sin preguntar nada tomaron una tartaleta cada uno y la probaron, luego me miraron con el ceño fruncido.
—¿Que hizo? —preguntó en tono hostil, Cassian.
—A la cocina, ahora —ordenó Cedrik en tono serio.
Temblando y con el corazón a mil subí a la cocina con la mirada de mis compañeros sobre mi, al subir empecé a respirar fuertemente y luego de unos segundos ellos aparecieron.
—¿Por qué cambió la receta? —Cassian estaba molesto.
—No la cambié chef, solo le coloqué menos alcohol a la crema. —trate de no tartamudear.
—Y no picaste las fresas como lo indicaba la receta —casi grita Cedrik—, eso es un grave error ¿Sabes lo delicado que es improvisar?
—Lo sé perfectamente chef —hablé tranquila— pero me pareció que en la crema había demasiado alcohol e iba a opacar a las fresas y la base, por eso le coloqué menos cantidad de alcohol y dejé algunas fresas enteras, así no opacara nada y se disfruta más el sabor de todo el postre.
—Debería despedirte niña tonta —me señalo— ¿Que dijo Linda?
—Si tanto quiere saber chef espere la reseña de mañana en la revista —dije seria— si me disculpan iré a atender a los demás comensales, con permiso.
No deje que me hablaran más, podrán ser mis superiores pero no voy a permitir que nadie me haga sentir menos o que hice algo mal, estoy orgullosa de mi trabajo, orgullosa de lo que hice y orgullosa de que Linda Smith me haya dado una felicitación eso valió la pena.
Se que está mal cambiar las reglas, está mal improvisar, pero eso no es lo mío, lo mío es explorar cosas nuevas, no hacer siempre las mismas cosas ¿Que caso tiene seguir un protocolo? ¿Dónde está la autenticidad? Simplemente ser igual a los demás no es lo mío.
Simplemente no lo es...