Capítulo 9.
Cada página contenía registros sobre él, cada línea estaba empapada de un amor silencioso.
Las manos de Abel temblaban al pasar cada página empapada de agua.
"Hoy, Abel se peleó con Marcos en la escuela. Llegó con el labio sangrando, así que le hice su pastel de chocolate favorito, pero estaba demasiado enojado para comer. Lo guardé para mañana".
"El cumpleaños de Abel es la próxima semana y he estado trabajando en su regalo durante dos meses. Mis dedos están llenos de cortes por trabajar el metal, pero creo que le encantará".
"Sabrina vino hoy, Abel sonrió más en esas dos horas en su compañía que en todo el mes. A veces me pregunto si debería desaparecer para que ellos puedan ser felices sin que yo les complique las cosas".
Cada entrada era un puñal en su corazón.
Años y años de devoción que nunca había notado, un amor que había pisoteado sin pensarlo dos veces.
Su vista se nubló completamente, pero aferró el diario con fuerza, como si eso pudiera deshacer el pasado.
—Niño, tenemos qu