Capítulo 36: En la cama del Alfa.
Korina miró fijamente a Malcon, sus ojos dorados reflejando la luz de la chimenea. Había un fuego en su mirada que no podía ignorar.
—No hay engaño aquí —afirmó esa hembra—. Estoy dispuesta a arriesgarlo todo. Lo he perdido todo, y no puedo quedarme de brazos cruzados mientras Zefor se mete con otra hembra, tiene otros cachorros, y mi hijo… Es lanzado a la basura.
Malcon sintió la sinceridad en su voz. Había algo en su determinación que lo conmovía. Se acercó un poco más, sintiendo la tensión en el aire.
—Está bien —dijo el Alfa, por fin aceptando—. Te daré la oportunidad de probar tu lealtad. Pero si siento que me has engañado… no habrá lugar donde esconderte.
—Lo entiendo —respondió Korina, su voz serena—. Y recuerda, esta es una alianza. No una relación romántica.
Malcon sonrió, aunque no estaba seguro de cómo se sentía al respecto. Había algo excitante en la idea de trabajar con ella, pero también había un riesgo enorme… ¡ÉL YA ESTABA ENAMORADO!
—Vamos a hacer esto —dijo e