Lala, la loba de Adalet salió a grandes zancadas del templo.

Observó el cielo gris y relampagueante. Las fuertes ráfagas de viento que mecían con violencia las frondosas copas de los árboles, mismos que rodeaban el imponente templo en deterioro.

Y justo en ese momento…

¡¡¡POOOOOF!!!

¡Una ráfaga de magia, como una explosión la hizo aferrar sus patas con fuerza en la tierra!

Los ojos verdes, afilados y brillantes de su loba. Viendo a Falco envuelto en su magia negra, y a Connie que no daba marcha atrás, dispuesta a defender el templo.

—Sé lo que quieres, Falco —alzó la voz Connie, con un tono imponente—. Debes estar enterado de que Korina, tu fiel marioneta murió, estaban conectados por un pacto maldito. Ella murió, como la miserable traidora que era tuvo una muerte lenta, dolorosa y humillante. Y a ti, definitivamente te espera algo peor.

—JAJAJA~ ¿Tú, crees que me vas a…? —las palabras del brujo se detuvieron cuando vio varios metros por detrás de Connie…

¡UNA ENO